Cumplí 10 años como profesional y lo festejé rompiendo todo
Un día como hoy pero de hace 10 años, firmaba el primer contrato como profesional independiente para hacer el sitio web de un torneo de futbol amateur del amigo de un amigo.
Es increíble cómo algunos gestos y decisiones resultan simples, y luego con el tiempo pueden significar tanto.
Le escribí al primer cliente contándole del aniversario y agradeciéndole su confianza. Me contestó:
“Que alegría… Un recuerdo que me pone muy feliz. Desde el momento en el que pisaste aquel depto supe que eras crack y que te iba a ir bien”.
La firma de ese contrato me dio la confianza para sentir que lo que me gustaba y sabía hacer, podía ser un trabajo. Y no solo eso, era uno que me iba a permitir tener el estilo de vida que quería.
Porque posdata: de internet no vivía ni el papa en ese momento, mucho menos como freelance.
Si bien las herramientas que utilicé en ese momento, los resultados y el aura general de ese proyecto no tienen nada que ver con mi trabajo actual, hay algo en las formas que aún mantengo y que me resulta completamente familiar. Me reconozco en esa forma de actuar.
De hecho por eso tomo este trabajo como inicio de mi carrera y no el posterior a recibirme dos años después. No solo porque “me pagaron”, ya que antes también lo habían hecho, sino por el proceso y la actitud.
Y eso me gusta porque habla de cierta esencia de la identidad y una imagen de marca personal que es la que evidentemente también perdura en clientes y colegas.
Lo cierto es que festejé rompiendo todo
Había algunos cambios que venía gestando y pensamientos que posponía cual correo de Gmail.
Esa visión terminó de hacer ebullición con el reto Say My Brand de Platzi que estuve haciendo durante todo el mes de Octubre.
Básicamente se trató de un curso pero con un cronograma muy intenso, actividades permanentes, networking con profesores y estudiantes, clases en vivo y entregas semanales.
Y es curioso porque probablemente el 70% del contenido ya lo había visto o eran conocimientos ya adquiridos, pero el formato que lograron, y el hecho de reflexionar periódicamente sobre algo y ser proactivo con eso durante tanto tiempo, hace una diferencia.
Como parte del reto termine por:
- Actualizar la paleta de colores de mi marca personal
- Eliminar el isologo para reemplazarlo por mi avatar
- Sacarme una nueva foto de perfil y usarla en todos lados
- Actualizar la estructura y los contenidos de esta web
- Crear mi CV
- Recrear mi portfolio, luego de posponer la tarea como 3 años
- Actualizar y darle nuevos propósitos a mis cuentas de redes sociales
- Pensar una estrategia de contenidos para Linkedin y Twitter
- Definir un propósito
- Definir una propuesta de valor
- Definir un objetivo profesional
Y como resultado principal de los últimos 3 ítems, estas dos bombas.
Hoy dejé de ser diseñador web
Obvio que no dejé de ser Diseñador Web de forma literal, los oficios o disciplinas a los que se le dedica tantas horas nunca podrían dejar de ser parte de alguien.
Pero sí que dejé de serlo en un sentido emocional, racional, lineal desde lo profesional.
De hecho, ese es el título con el que mi entorno todavía me identifica cuando en realidad durante estos 10 años como profesional llegué a ser también Frontend Dev, Full Stack Marketer y más recientemente Consultor.
Y ojo, eso no habla mal de ellos sino de mí. Por eso estoy contento de haberle dado amor a mi marca personal con el reto.
Quiero colaborar en el área de producto de una Startup de LATAM
No dejo de ser independiente, es un enunciado que surge de saberme preparado.
Simplemente sé que en algún momento de mi carrera podré ayudar a crear algo más grande que mis propios negocios, que tenga impacto en muchas más personas.
Todavía tengo que descubrir muchas cosas de ese “algo más grande”. Recién estoy dando mis primeros pasos.
También tendré que resolver cómo me vendo sin tener experiencia previa en otras empresas de tecnología. Y si bien es un hecho, ya he trabajado muchos años en mi propio negocio y compenso el conocimiento de ciertas dinámicas o la falta de especialización con la capacidad de tener pensamiento sistémico, estratégico, la capacidad de crear visión y de conectar diferentes áreas.
En línea con lo que digo, voy a terminar el año sin haber diseñado un solo sitio web de principio a fin con mis propias manos.
Y aunque no significa que no aporte, colabore, decida, evalúe, investigue, supervise, defina, discuta o valore un proyecto de diseño web, está claro que es una tendencia que va a continuar para dar paso a algo nuevo, como siempre.
El éxito es aprender haciendo lo que te gusta
Depende cómo lo mire siento que 10 años como profesional es un montón de tiempo, que pasó de todo, y por otro lado pienso que no es nada.
Siento que sé incluso menos que antes pero con la misma curiosidad y sed de conocimiento que cuando empecé.
Y si de algo estoy seguro es que sé perfectamente que no estaba necesariamente construyendo algo sino más bien probando, iterando, como si de una startup personal se tratase.
No fueron los típicos 10 años de hacer siempre lo mismo en el mismo lugar, fueron 10 años precisamente de lo contrario, de no saber qué va a pasar el mes siguiente.
Fueron 10 años también de juventud, de una etapa de mi vida en la que para ejemplificar, firmaba ese primer contrato viviendo aún en la casa de mis padres y cursando en la facultad.
Por eso los miro como algo experimental, diferente a todo lo que venga, seguramente emocionante, cambiante y con la incertidumbre como compañera inseparable.
What’s Next
Mi plan para el 2022 va tomando forma, se va haciendo tangible y me queda bien claro que no me voy a aburrir. Planeo:
- Trabajar en mi marca personal para poner en valor toda mi experiencia
- Seguir estudiando para especializarme en diseño de producto
- Seguir estudiando inglés y forzarme a hablarlo más
- Y por supuesto, priorizar a mis clientes actuales y el trabajo en mi propia agencia
Hacía un tiempo que venía fantaseando con lo que iba a escribir en este post y también con este día que en realidad ya pasó. A seguir.