Durante el último semestre lideré un proyecto integral de performance sobre las seis tiendas principales de un cliente muy importante que trabaja en VTEX. Partimos de un diagnóstico claro: tiempos de carga erráticos, Core Web Vitals en amarillo y caídas puntuales en picos de tráfico que frenaban la conversión. El objetivo fue ambicioso: llevar cada tienda a estándares “green” en Lighthouse sin sacrificar funcionalidades de marketing ni la experiencia visual que distingue a la marca.
Para lograrlo, montamos una ruta de optimización por capas. Primero hicimos limpieza profunda del front —minificación y “tree shaking” de JS, separación del CSS crítico y carga diferida de recursos secundarios— y migramos imágenes a formatos AVIF/WebP con compresión adaptativa. En paralelo afinamos el back: activamos edge-caching en el Fastly CDN, habilitamos server-side rendering para PLPs decisivas y configuramos un prefetch inteligente de datos de producto. Todo quedó orquestado en un workflow CI/CD que detona pruebas Lighthouse y de accesibilidad en cada pull request, y bloquea el merge si no superamos el presupuesto de rendimiento.

¿El gran desafío?
Coordinar un mosaico de stakeholders —marketing, contenido, desarrollo y proveedores externos— con prioridades a veces contrapuestas. Convencerlos de que “menos peso, más ventas” exigió evangelizar sobre performance como palanca de negocio, respaldar cada decisión con datos y asegurar que las automatizaciones no frenaran la creatividad. Hoy el proyecto sigue vivo: los dashboards en tiempo real nos alertan de cualquier desvío y el equipo ya interiorizó la cultura de “performance first” que instalamos.

- LCP de 4.8 a 2.3 en mobile
- TTFB se redujo un 37%
- Puntuación global de 59 a 91.
Los stress tests sostuvieron 10 000 usuarios concurrentes durante 15 min sin errores 5xx ni degradación perceptible; además, la tasa de rebote en dispositivos de gama media cayó 12 % y la conversión en checkout creció moderadamente pese a no haberse tocado UX.